La definición formal del segundo principio de la Termodinámica establece que:
En un estado de equilibrio,  los valores que toman los parámetros característicos de un sistema  termodinámico cerrado son tales que maximizan el valor de una cierta  magnitud función dichos parámetros, llamada entropía.
La entropía de un sistema es una magnitud física abstracta que la mecánica estadística  identifica con el grado de desorden molecular interno de un sistema  físico. La termodinámica clásica, en cambio, la define como la relación  entre el calor transmitido y la temperatura a la que se transmite. La  termodinámica axiomática, en cambio, define a la entropía como una  cierta función –a priori, de forma desconocida–, que depende de los  llamados "parámetros característicos" del sistema, y que sólo puede  definirse para los estados de equilibrio del sistema.
Dichos parámetros característicos se establecen a partir de un postulado derivado del primer principio de la termodinámica, llamado a veces el principio de estado. Según éste, el estado de equilibrio de un sistema queda totalmente definido por medio de la energía interna del sistema, su volumen y su composición molar. Cualquier otro parámetro termodinámico, como podrían serlo la temperatura o la presión, se define como una función de dichos parámetros. Así, la entropía será también una función de dichos parámetros.
El segundo principio de la termodinámica establece que dicha entropía  sólo puede definirse para estados de equilibrio termodinámico, y que de  entre todos los estados de equilibrio posibles –que vendrán definido  por los parámetros característicos–, sólo se puede dar el que, de entre  todos ellos, maximiza la entropía.
Las consecuencias de este enunciado son sutiles: al considerar un  sistema cerrado tendente al equilibrio, los estados de equilibrio  posibles incluyen todos aquellos que sean compatibles con los límites o  contornos del sistema. Entre ellos se encuentra, evidentemente, el  estado de equilibrio de partida. Si el sistema varía su estado de  equilibrio desde el de partida a otro, ello es debido a que la entropía  del nuevo estado es mayor que la del estado inicial; si el sistema  cambia de estado de equilibrio, su entropía sólo puede aumentar. Por  tanto, la entropía de un sistema aislado termodinámicamente sólo puede incrementarse. Como el sistema aislado por antonomasia es el propio universo, el segundo principio de la termodinámica suele resumirse en que:
La cantidad de entropía del Universo tiende a incrementarse con el tiempo.
SIn embargo, la termodinámica axiomática no reconoce al tiempo como  una variable termodinámica. Formalmente, la entropía sólo puede  definirse para estados en equilibrio. En el proceso que va de un estado  de equilibrio a otro no hay estados de equilibrio, por lo que la  entropía en dichos estados de no-equilibrio no puede definirse sin  incurrir en inconsistencias formales dentro de la propia termodinámica.  Así, la entropía no puede ser una función del tiempo, por lo que hablar  de variaciones de la misma en el tiempo es formalmente incorrecto.
Cuando se hace, es debido a que se ha presupuesto que en el proceso  de un estado de equilibrio a otro se ha pasado por infinitos estados  intermedios de equilibrio, procedimiento que permite introducir al  tiempo como parámetro. En tanto en cuanto el estado de equilibrio final  sea aquél de máxima entropía posible, no se habrá incurrido en una  incosistencia frontal por cuanto dichos estados de equilibrio  intermedios no han afectado al único real (el final).
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